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Movimiento que afecta a la educación religiosa de los niños pequeños, aprovechando la relación afectiva de las madres con sus hijos pequeños o con otros niños a los que se facilita el despertar religioso con la ayuda de personas por naturaleza predispuesta a la comunicación en este terreno.
En diversas parroquias o ambientes se diseña para ellas una catequesis específica de párvulos. Al mismo tiempo que se preparan y disponen metodológicamente para llegar a la mente y al corazón de estos catequizandos, que tienen derecho a ser educados en la fe tierna a la que pueden llegar a esa edad, ellas mismas se benefician con una formación o actualización religiosa. Así se preparan mejor para la ayuda espiritual y moral de sus hijos a lo largo de sus procesos madurativos.
El movimiento es excelente. Pero conviene evitar la impresión de que la educación de los hijos pequeños es deber de las madres, como si los padres no tuvieran los mismos deberes y las mismas posibilidades de las madres. En la medida en que los movimientos o grupos d madres catequísticas puedan completarse, reemplazarse o superarse con "unidades familiares de educación cristiana", resulta más conforme con el verdadero sentido de la educación cristiana familiar.
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